Los hijos del labrador es una fábula para aprender el valor de la solidaridad y darse cuenta de que la unión hace la fuerza y nuestra versión, ¡comienza ya!.
Érase una vez un labrador que tenía dos hijos, a cuál de los dos más discutidor. Pasaban las horas inmersos en sus tontas discusiones que en más de una ocasión acababan en peleas, prácticamente sin motivo aparente. Si el padre les pedía manejar el arado, discutían por ver quién lo hacía. Si el padre les pedía sembrar la tierra, discutían por ver quién lo hacía. Y así con todo, y cada vez que discutían pasaban unas horas o incluso unos días sin dirigirse la palabra.
Los hijos del labrador eran orgullosos, testarudos, con mal genio y poca paciencia. Parecía que entre aquellos hermanos sería imposible que reinara la concordia hasta que un día, su padre decidió darles una lección que pusiera fin a aquellas situaciones tan tensas y desagradables.
Llamo a sus hijos el labrador para pedirles que fueran al bosque en busca de un manojo de leña, que lo recogieran y se lo trajeran. Los dos hermanos, se apresuraron hacia el bosque y una vez allí comenzaron a competir para ver quién era el que más leña conseguía recoger, pero pronto comenzaron una nueva discusión. A duras penas cumplieron con la tarea que su padre les había encargado.
En cuanto volvieron, el padre les encomendó juntar los leños, amarrarlos fuertemente con una cuerda y romperlos todos a la vez para ver quien era el más fuerte de los dos.
Los dos hermanos, al instante, intentaron romperlos, pero les fue imposible, así que el padre deshizo aquel par de haces y les entregó uno a uno todos aquellos leños para que los fueran rompiendo. A los hijos del labrador no les resultó nada difícil romperlos.
Y fue entonces cuando el padre les preguntó si habían aprendido la lección. Los dos hermanos se miraron extrañados sin saber a qué se refería su padre, así que el labrador les explicó que si permanecían unidos como aquel haz de leños, serían invencibles ante las adversidades, pero, si permanecían separados y peleados, sería más fácil vencerles uno a uno.
Cuanto más unidos estemos, seremos más fuertes y resistentes frente a cualquier tipo de daño o adversidad.